-¡Metáforas, hombre!
-¿Qué son esas cosas?
El poeta puso una mano sobre el hombro del muchacho.
-Para aclarártelo más o menos imprecisamente, son modos de decir
una cosa comparándola con otra.
-Deme un ejemplo.
Neruda miró su reloj y suspiró.
-Bueno, cuando tú dices que el cielo está llorando. ¿Qué es lo que
quieres decir?
-¡Qué fácil! Que está lloviendo, pu’.
-Bueno, eso es una metáfora.
-Y ¿por qué, si es una cosa tan fácil, se llama tan complicado? -Porque
los nombres no tienen nada que ver con la simplicidad o complicidad de
las cosas. Según tu teoría, una cosa chica que vuela no debiera tener un
nombre tan largo como mariposa. Piensa que elefante tiene la misma
cantidad de letras que mariposa y es mucho más grande y no vuela -concluyó
Neruda exhausto. Con un resto de ánimo, le indicó a Mario el
rumbo hacia la caleta. Pero el cartero tuvo la prestancia de decir:
-¡P’tas que me gustaría ser poeta!


Recomiendo un libro de Gabriel García Márquez que se titula Relato de un náufrago y que ganó el Premio Nobel de Literatura en 1982. Un miembro de la marina cae al mar desde un destructor en una balsa a causa de una tormenta cuando volvían de Mobile a Cartagena. Serà atacado por tiburones y comenzará una aventura de supervivencia. Es un relato realista porque se basa en una noticia periodística y trata el tema del tiempo que es capaz de llevar al olvido cualquier acontecimiento.